El registro y la conservación de
la memoria histórica de un conflicto es necesario para emprender el proceso de
recuperación de una sociedad y evitar que gracias al olvido, se repitan los
hechos de violencia que la afectaron.
En Colombia, la institución
encargada de este proceso de recuperación y registro es el Centro Nacional de Memoria Histórica, “Establecimiento
público del orden nacional, adscrito al DEPARTAMENTO PARA LA PROSPERIDAD SOCIAL
(DPS), que tendrá como objeto reunir y recuperar todo el material documental,
testimonios orales y por cualquier otro medio relativos a las violaciones de
que trata el artículo 147 de la Ley de Víctimas y restitución de Tierras. La
información recogida será puesta a disposición de los interesados, de los
investigadores y de los ciudadanos en general, mediante actividades
museísticas, pedagógicas y cuantas sean necesarias para proporcionar y
enriquecer el conocimiento de la historia política y social de Colombia”. (Tomado
de http://www.centrodememoriahistorica.gov.co/).
En noviembre de 2013, el Centro Nacional
de Memoria Histórica me invitó a participar como historietista de la Edición #0
de la Revista Conmemora, separata que se publicó el domingo 26 de enero de
2014. “Primera separata sobre temas de conflicto y memoria que se publicó en
el país, con el objeto de dar conocer lo
que ha sucedido en Colombia narrando las historias del horror de la guerra y
las memorias e iniciativas que han surgido para no permitir que lo que ellos
vivieron se olvide y nunca se repita”.(Tomado de Revista Conmemora)
En esta grata invitación se me pidió
abordar a través de una narración gráfica uno de los procesos que desarrolla el
centro, llamado Acuerdos de Verdad. Un mecanismo de memoria histórica no
judicial que parte de un acuerdo firmado entre el gobierno y el desmovilizado
para que haga un relato de su participación en el conflicto que aporte elementos
de recuperación de la verdad y a la construcción de memoria histórica.
Para el desarrollo de esta
historieta de tres páginas conté con el invaluable apoyo de la ilustradora
manizaleña Maria P., quien se encargó de colorear las tres páginas (Conozca el
trabajo de Maria P. en este enlace). Esta historieta es un interesante
ejercicio que mezcla los lenguajes del periodismo narrativo y el cómic, para reconstruir a partir de una investigación periodística un proceso desarrollado por el centro, un relato que —aunque corto— presenta un recuento real de
una de una de las estrategias de mayor impacto que emprende el Centro Nacional
de Memoria Histórica.
Les dejó el enlace a la Revista
Conmemora edición 0, con la invitación
de que lean todos los contenidos que aparecen en ella, una polifonía de voces
que nos pone en contexto de la realidad de nuestro país.
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