El siguiente texto parte de la
afirmación hecha por un amigo que dice: “La serie Cosmos, de Carl Sagan, no se
hizo para ganar ninguna pelea”. Esta afirmación,
que tomo a manera de pregunta, me lleva a pensar en los paralelos y diferencias
que sin duda existen entre las series de 1980 y la de 2014.
¿La serie Cosmos no era para
ganar ninguna pelea?
El cosmos de ayer y el de hoy,
tienen el mismo objeto en contextos relativamente distintos. Simplificando, los
creacionistas de hoy son los protestantes fundamentalistas que en la década del
80 se opusieron a Sagan. La limitada oferta televisiva de contenidos
científicos del 70 y 80, se presenta hoy como la sobre oferta de contenidos
pseudocientíficos y de dudosa capacidad educativa que existe en canales como
Discovery y NatGeo y sus filiales.
El desinterés juvenil por las
ciencia es hoy mayor que hace tres o cuatro décadas (por lo menos en el
contexto estadounidense), agravado por una cultura geek y nerd de masas, que
hoy idealiza una idea superficial de lo científico y que ve en Sheldon Cooper a
un hombre de ciencia, cuando es solo un retrato caricaturesco del adulto
moderno disfuncional.
Otro punto que me parece
interesante y lo que parecen olvidar algunos críticos televisivos treintañeros,
es el hecho de que la serie Cosmos de 2014 no está pensado para ellos, su
público objetivo son las dos o tres generaciones de niños que nos siguen, son
esos niños a los que busca maravillar, no al adulto contemporáneo que alimenta
con sus billetes a la cultura de masas que tiene por dioses a los superhéroes
enmohecidos de los cómic del siglo XX.
Esta serie es para los niños del
siglo XXI y busca hacer hoy lo que hizo Sagan por los niños del 70 y 80. Me
parece un lindo esfuerzo con una factura respetable, un atisbo de luz en medio
de una oferta televisiva estupidizante.
Pero Cosmos: A Space-Time Odyssey
(2014) no es perfecta, ni más faltaba, lo Ideal hubiese sido crear un show
enteramente nuevo para Neil Degrasse Tyson y su indiscutible carisma, yo creo
que el gran fallo del nuevo programa fue sobredimensionar la gran sombra que
proyecta Sagan. Pero en este caso me parece estratégico y atinado el velo de
remake que tiene la serie de Neil, sin eso no hubiese generado el impacto que
tiene al día de hoy y menos, atraído todas las miradas que se ponen sobre el
programa… ese es el juego de la divulgación científica que propone los productores
(Seth MacFarlane, Ann Druyan, Brannon Braga y Mitchell Cannold), atraer con lo
llamativo para alimentar con el contenido… esperemos que la serie sepa
responder a la expectativas que aún genera.
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